Ojos brillantes ante la llegada de Los Magos
Los niños de la comarca esperan ya con ansia la llegada de los Reyes Magos que harán una previa incursión con las diferentes cabalgatas. En Arévalo estarán acompañados por la visita del cartero real y diferentes talleres y actividades
La Navidad. Esa época del año en la que el frío y las luces son algunas de las principales características que sobrevuelan las calles de cada uno de nuestros municipios. Días en los que un halo invisible de felicidad y tristeza se apodera de todos nosotros, agolpando sentimientos contradictorios que nos hacen rememorar celebraciones pasadas, recordando a aquellos que con sus sonrisas abiertas llenaban huecos en la mesa que hoy están vacíos o que nuevas generaciones han ocupado. Pero también cuando, de niños, además de reunirnos con nuestros primos y familiares que el resto del año no veíamos, nuestra mayor ilusión eran los regalos que tanto habíamos soñado.
Sin duda, la noche más especial era la de Reyes, con los nervios a flor de piel por si los deseos que, con ilusión, habíamos plasmado en nuestras cartas, se iban a hacer realidad o si podían venir acompañados de alguna sorpresa. Zapatos abrillantados, tres vasos de leche acompañados de galletas y tres cubos de agua eran los preparativos más importantes del día, ya que había que aprovisionar a los Magos y a sus camellos para que cogieran fuerzas antes de seguir el camino.
Pero antes de que llegase el momento de irse a dormir, la tarde también nos había hecho estar algo alterados, pues en esas horas previas al ensueño tenía lugar la cabalgata. Montados en caballos, carruajes o camioncillos con infinidad de guirnaldas, telas y decoraciones que los engalanaban, los Reyes Magos llegaban a cada municipio tirando caramelos a su paso y dando lugar a una lluvia dulce de colores.
Un momento muy especial que, dependiendo de la localidad, iba seguido de un chocolate con bizcochos y la posibilidad de subir al regazo de sus majestades para recordarles, en el último momento, lo que habíamos pedido.
Esta tradición, que en cada uno de los pueblos de la zona se celebra de una forma diferente, se ha convertido en un espectáculo en el que tanto niños como mayores quedan maravillados por cómo desde los consistorios se esmeran más en cada edición por hacer de esas horas una experiencia única para aquellos a los que estas fechas todavía hacen que les brillan los ojos.
Un ejemplo de ese despliegue lo encontramos en Arévalo, que como cada año recibirá a sus Majestades en la tarde del cinco de enero con las calles abarrotadas de personas que esperan el paso de los tres Magos subidos en sus carrozas, iluminados con luces led que le aportan una vistosidad única a la cita. De distintas tonalidades y decorados, los carruajes recorrerán el municipio mientras sobre ellas, montados en sus señoriales tronos, Melchor, Gaspar y Baltasar lanzan caramelos a la concurrencia y saludan con entrañables sonrisas.
Junto con este singular desfile, que pondrá la guinda a una programación navideña muy variada, desde las asociaciones de la localidad también se organizan distintas actividades enfocadas al entretenimiento de los más pequeños. Es el caso de la Asociación Cultural ‘La Queda’, que ha planificado cuatro talleres –además de la visita del ‘Cartero Real’ el día 3 de enero- los días 3, 4, 10 y 11 de diciembre que se desarrollarán en los locales del antiguo mercado de abastos. En el primero los niños podrán crear su propio árbol de navidad, mientras que el domingo cuatro podrán compartir la diversión –por primera vez- con sus padres o abuelos, y juntos decorarán una copa de vino con un belén en tres dimensiones que se colocará en el interior de la misma. El diez llevarán a cabo la actividad de ‘la Vela Mágica’ y el 11 el ‘Adorno colgante’, donde elaborarán su propio adorno navideño para el árbol de su casa.
Así, con el último de los días especiales pasados y sus Majestades de regreso a Oriente hasta la próxima navidad, las comidas y las cenas copiosas vuelven a quedar atrás, pero las emociones vividas en estos días permanecen en la memoria como recuerdos que atesorar en el futuro.