Crónica de… Lienzos en forma de bebé

Crónica de… Lienzos en forma de bebé

Leticia Álvarez se dedica a impregnar de vida a bebés Reborn desde hace ya tres años, una tarea que ha convertido en su ocupación principal y que supone para ella una forma de expresión

Existen materiales muy diferentes a la hora de crear obras de arte, los pintores tienen sus cuadros y los escultores la piedra o el hierro, entre otros, pero sin duda la villanuvense Leticia Álvarez es quien posee el lienzo más singular de todos, pues mediante pinceles y esponjas refleja sus sentimientos a través de muñecos de vinilo, dándoles tal realismo que bien parece que estamos ante bebés de carne y hueso.

Desde hace tres años, la vecina de Villanueva de Duero se dedica a impregnar de vida bebés Reborn, una ocupación que comenzó cuando su hija se encaprichó de uno de estos peculiares juguetes y ella se propuso ser quien se lo pintase. En ese momento el universo alrededor de estos muñecos enamoró a la artesana, convirtiendo lo que había comenzado como un reto en su profesión.

De este modo inició su formación en la materia de manera autodidacta, lo que unido a los conocimientos previos que poseía en arte y, «a base de pruebas», le dieron las cualidades para comenzar con la venta de los mismos.

Álvarez comenta que el proceso para «dar color» a los bebés es «muy laborioso». «Existen escultoras que se dedican a hacer los kits y son ellas las que, previo encargo, me envían el material –cabeza, extremidades y cuerpo-. Entonces el primer paso es comprobar que el vinilo –que es el material del que están hechos los muñecos- llega en perfectas condiciones y acto seguido lavarlo y secarlo bien», explica y añade que una vez hecho esto ya se puede empezar con el proceso de imprimación –pues cada fragmento lleva en torno a 20 y 30 capas de pintura-, y después de aplicar cada una de ellas hay que hornear las piezas.

«Con las capas se oculta el tono del vinilo, proporcionando un color más acertado a las carnaciones, de tal forma que en esta parte del procedimiento es cuando le damos esos matices que los hacen tan especiales: las venitas, las manchas de nacimiento y las líneas de expresión características». Leticia manifiesta que lo siguiente es poner el pelo, que bien puede ser pintado o con pelo de animal tratado para darle un toque aún más realista. «En el segundo caso marcamos primero unas líneas conductoras que nos dicen dónde meter el pelo y lo injertamos con unas agujas específicas, y lo mismo ocurre con las pestañas».

Por último, el cuerpo es el culmen de la labor artesanal, y para que tenga el peso y el volumen de un recién nacido de verdad lo rellena con miraguano, una especie de fibra de algodón hipoalergénica, y con ecovidrio. «Acabar uno puede llevarme entre quince días y un mes, dependiendo de los detalles del mismo, y al año hago, aproximadamente, una veintena», sentencia.

Esta tarea es para Leticia una forma de expresar todo aquello que lleva dentro, pues al igual que escultores y pintores plasman su esencia en las obras que realizan, ella lo hace en sus muñecos. «Son una forma de transmitir mis sentimientos y de conseguir que, con ellos, cada mamá tenga a su bebé».

Comenta además que, aunque principalmente son piezas de coleccionista –pues el precio de los mismos varía entre los 400 y los 8.000 euros, dependiendo del renombre del artista y de las características que se demanden en él-, también es un regalo que está «muy de moda» para los pequeños de la casa. Además, estos muñecos se han utilizado en diversos tratamientos terapéuticos en personas con Alzheimer «ya que, de alguna manera, les hace recordar momentos importantes de su vida y les crea una rutina», y también en niños con autismo, para que interactúen con ellos y les facilite las relaciones con otras personas.

Tal es la paz y las emociones que evocan los Reborn que, a través de grupos en redes sociales, se organizan quedadas para aquellos amantes de este universo tan singular. Unas citas que Leticia no suele perderse y que le hacen reafirmarse en su decisión de seguir dando rienda suelta a su imaginación al tiempo que impregna de vida a los bebés.