La Verónica de Olmedo
El Jueves y Viernes Santo la localidad celebra dos de sus procesiones más vistosas
Siete pasos, un pañuelo y una niña. Vestida de blanco y rosa, con el rostro de la inocencia grabado en su cara, la Junta de Semana Santa de Olmedo elige todos los años a una niña de la cofradía de la Verónica, quien protagoniza el Jueves Santo uno de los actos más sobrios pero con más simbolismo de su Pascua.
A las 21.30 horas, los cofrades de las distintas hermandades ya se preparan para sacar, uno a uno, los siete pasos que salen en esta procesión desde la iglesia de San Juan. La Oración en el Huerto, El Cristo Crucificado, El Cristo atado a la Columna, La Virgen y El Cristo de la Caña son algunas de las tallas que pasean por las calles de la localidad este día, pero las imágenes principales que, junto a la pequeña infante, participan en ese momento tan especial son La Verónica y El Nazareno.
Limpio el semblante de la imagen, la niña vuelve el pañuelo hacia el pueblo, mostrando la cara del Cristo que ha quedado grabada en la tela
Durante un breve lapso de tiempo, ambas imágenes comparten un emotivo encuentro en el que los dos pasos se acercan a los pies de la iglesia de Santa María, rodeados por fieles y cofrades, y una niña del municipio sube a las andas para estar a su altura. Con delicadeza, la muchacha retira de las manos de la Verónica el pañuelo que esta sostiene, y acto seguido lo pasa por el rostro del Nazareno, quien parece observar a la pequeña con curiosa atención.
Limpio el semblante de la imagen, la niña vuelve el pañuelo hacia el pueblo, mostrando la cara del Cristo que ha quedado grabada en la tela. Un acto en el que el simbolismo y la emotividad se enlazan para crear una atmósfera mágica. Finalmente, los pasos continúan su marcha hasta finalizar la procesión en la iglesia de la Virgen de la Soterraña, donde esperarán hasta la noche siguiente para volver a salir.
A través de las murallas
Una hora más tarde que el día anterior, las esculturas aguardan la apertura de las puertas del templo de la Soterraña, preparadas sus andas para recorrer un año más la muralla del municipio en la procesión del Viernes Santo. A las imágenes que salieron el día anterior se les unen dos más: la Cruz Desnuda y el Sepulcro, siendo un total de nueve tallas las que procesionan en este recorrido a través del casco antiguo de la villa.
Los cofrades tiran de los carros que portan a los santos, y avanzan lentamente a través de las murallas de la localidad, ofreciendo a su paso una imagen digna de postal, que llama la atención de los conductores que recorren la carretera hacia Medina del Campo. Poco a poco regresan a la iglesia de San Juan, desde donde salieron las tallas el día antes y donde se guardarán hasta el próximo año.
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