Palagüinos y la rebelión de los tractores
Las máquinas agrícolas invaden Palacios de Goda para celebrar una nueva edición de su ya famosa concentración de tractores
Los gigantes de hierro ya marchan por la carretera. El rugir de sus inmensos motores se hace eco en los parajes por los que pasan, y el lento traqueteo de sus colosales ruedas hace temblar el suelo mientras sus pesados cuerpos avanzan. Palagüinos regresó el 5 de febrero a Palacios de Goda tras los años de parón, y lo hizo con la misma fuerza que las máquinas a las que homenajea.
Este evento, que surgió hace una década como una iniciativa para amenizar los meses más fríos del año, al tiempo que ponía en valor el eje fundamental de la economía del municipio abulense, se ha convertido en una de las citas más importantes en el calendario de los agricultores. Una concentración que comenzó con tan solo una docena de tractores y que ha crecido de tal manera que ya en su última edición colapsó la plaza del municipio, con casi setenta vehículos.
El alcalde de la localidad, Francisco Martín, manifiesta que «lo que se buscaba desde un principio era hacer una fiesta que sirviera de reconocimiento a lo que consideramos la herramienta principal del campo». Martín explica que Palacios de Goda es un pueblo principalmente agrícola, y este evento lo que pretende es poner de relieve esa faceta. La concentración no sólo ha evolucionado en el número de máquinas agrarias que se acercan hasta la villa, sino también en los índices de difusión que ha alcanzado, ya que año a año la celebración de este evento llega más lejos «gracias a las redes sociales, pero también por el boca a boca», apunta el regidor, que señala que los tractores se acercan desde la Comarca de Medina, la Comarca de la Moraña o desde la zona de Camporredondo, así como desde otras provincias.
Casi una década en continuo crecimiento
El primer edil de Palacios de Goda recuerda que, el primer año que celebraron Palagüinos, la gente no estaba muy convencida con el evento, porque no sabían si iba a tener mucho éxito, y que, por ejemplo, para que el dueño del bar organizara una actuación flamenca, el ayuntamiento le ofreció pagar la mitad de lo que costase el grupo, «y al finalizar el acto nos dijo que no le teníamos que pagar nada, pero que el próximo año había que organizarlo de nuevo», comenta, orgulloso, Martín.
Otro de los grandes pilares de esta concentración ha sido la implicación de los jóvenes del municipio. Francisco asegura que la colaboración de las jóvenes promesas del mundo agrícola «ha sido un impulso muy importante para Palagüinos», y cuenta que, durante varias ediciones, algunos de ellos han hecho una exposición de maquetas de tractores realizando las distintas labores del campo; un tractor sacando remolachas, una cosechadora segando, etc. «Eran piezas que ellos mismos habían elaborado con sus juguetes y con réplicas a escala de las diferentes máquinas agrarias», sentencia.
Asimismo, el alcalde afirma que «una de las personas que más ha colaborado en la promoción de la concentración» ha sido Ángel Calvo, ya que es miembro de la Asociación de Amigos de la Maquinaria Agrícola de Castilla y León y de Castilla la Mancha, «y desde que él viene ambas asociaciones nos brindan mucho apoyo y nos dan a conocer a todos sus socios». Según cuenta el regente, Ángel es de la localidad de Aldealbar, y cada año recorre los más de ochenta kilómetros que separan su municipio de Palacios de Goda montado en su Ebro de los años 40. «Haga el tiempo que haga nunca se pierde la cita, ya esté helando, lloviendo o granizando. Es algo admirable».
Martín asevera que, por ello, el emblema de este año es ‘Palagüinos somos todos’, «y con todos nos referimos a los que vinieron en la primera edición y aún continúan, a los que se van uniendo y a todos aquellos que ya no están pero que de alguna manera han formado y formarán parte del evento». Es por eso que el plato fuerte de la fiesta será una exposición de fotografías de todos los años en los que se ha celebrado la concentración. «Con esto queremos que todo el mundo se vea reflejado y que se recuerde cómo hemos evolucionado», apostilla.
La concentración
El evento comienza con la llegada de los tractores a la localidad a las 13.00 horas, aunque, extraoficialmente, los tractoristas de la Moraña se van hasta Ataquines a esperar a los que vienen por la carretera de Olmedo, para llegar todos juntos en una procesión de gigantes de hierro que no deja indiferente a ningún conductor que, a su paso, se cruza con la manada metálica. «Se ha creado una hermandad entre ellos increíble, y antes de venir al pueblo preparan un almuerzo en una nave de Ataquines y esperan a que Ángel llegue», puntualiza el alcalde, quien afirma que este tipo de actos «son los que crean la diferencia y marcan lo bonito de este evento».
Además de la propia concentración en la Plaza Mayor de la localidad, también se organizan una entrega de premios a los tractores más antiguos y a los más nuevos, al que viene desde más lejos, y el obsequio que se da a los niños que llegan con su tractor a pedales. Martín explica que esta última condecoración tiene su origen en la primera edición, ya que el primer año que se organizó Palagüinos apareció un niño en un tractor a pedales, «nadie se lo esperaba», y este hecho hizo tanta gracia que en las ediciones posteriores otros niños han llevado sus tractores a pedales, creando así una tradición más dentro del propio evento. «Lo curioso es que, ese niño que llegó pedaleando en la primera edición, ahora ya conduce su propio tractor», puntualiza el alcalde.
Asimismo, otra de las actividades que llama la atención de vecinos y curiosos es el concurso de habilidades de tractor con remolque, una competición en la que los tractoristas ponen en práctica sus habilidades como conductores de estas grandes máquinas y, en un circuito delimitado por cintas, tienen que realizar una ‘L’ marcha adelante y marcha atrás. «Es bastante complicado, pero muy divertido», advierte Martín, y añade que «gana la persona más habilidosa y que consigue completar el circuito en el menor tiempo posible y con el menor número de fallos».
Sobre este torneo, el regidor recuerda que, en la tercera edición, «vino un chico de Palencia que había visto el evento en redes sociales, y cuando iba a empezar el concurso pidió un tractor para participar y se llevó el primer premio».
A esto se une la comida popular de una paella en el frontón, así como una actuación musical en los bares de la localidad.
Anécdotas, hermandad y diversión son algunos de los términos que identifican a Palagüinos, un evento que cada año abre sus puertas a la rebelión de los tractores, llenando sus calles de gigantes de hierro que ofrecen una concentración de invierno «que todo el mundo debería marcar en el calendario», apunta Francisco Martín, quien invita a todo aquel que quiera pasar un buen rato rodeado de «las principales herramientas del campo».