Solidaridad al desnudo

Solidaridad al desnudo

El calendario erótico de Pedrajas, que acaba de recibir el premio Conde Ansúrez por la iniciativa, alcanza la quinta edición del popular almanaque que este año destina su recaudación a la Asociación Vallisoletana de Esclerosis Múltiple

Un foto por cada mes del año; una pose sensual y divertida por cada persona que sufre; un anuario por una causa que expone la solidaridad de sus promotores y modelos dejándolos al desnudo. El calendario benéfico de Pedrajas de San Esteban, que en cada edición pone en el mapa a esta localidad gracias a la singularidad de sus imágenes, regresa este año con un nuevo propósito: destinar la recaudación al estudio de la esclerosis múltiple y al apoyo de los familiares de quienes lo padecen.

La iniciativa, que comenzó su andadura hace cinco años con el objetivo de unir a los habitantes de la localidad y, al mismo tiempo, hacer algo «benéfico, divertido y con un toque picante», ha crecido de tal manera que incluso los pueblos de alrededor ya entran a formar parte del mismo. «Al principio sorprendió la idea de hacerlo erótico, pero cuando la gente entendió que era una forma de implicar a todo el mundo, sin discriminar edades, y que el fin era destinar los beneficios a una causa que, de alguna manera, nos afectaba a todos, tanto vecinos como personas externas se volcaron con el proyecto», aclara Fermín de Soria, precursor del calendario.

La acogida de este original almanaque fue tal que el equipo ha ido creciendo año a año, de tal forma que los dos amigos que lo organizaban al principio ahora son un equipo de diez personas divididas en distintos departamentos de comunicación, diseño y cuentas. Además, ellos no son los únicos que han aumentado en número, pues los fotógrafos, los patrocinadores y los modelos lo han hecho también, convirtiendo la iniciativa en un gran puzle en el que cada uno de ellos es una pieza imprescindible.

Adonis y Afroditas variados

Tras cada edición se abre ‘el casting’ de modelos, que ya se cuentan por centenas, un elenco tan variado en cuanto a edades y géneros que hacen de las páginas de este dietario anual una muestra de la belleza que hay en la diversidad.

De Soria comenta que ya apenas es necesario buscar a los Adonis y Afroditas que conformarán las imágenes del calendario, pues cada vez son más los grupos de voluntarios que se prestan a inmortalizar sus sugerentes cuerpos. «Todos ellos posan por algún motivo, es decir, que tienen algún amigo o familiar que padece la afección por la que luchamos. Nosotros sólo les pedimos que sean entre diez y doce personas».

Divertido, el coautor de este singular proyecto explica que muchos de ellos ya llegan con la idea clara de cómo y dónde quieren hacer sus fotos, de hecho, señala que hay veces que tienen que «cortarles un poco» ya que se «vienen arriba» y quieren enseñar más de la cuenta. «No queremos ser un calendario erótico profesional, sino uno que insinúe sin enseñar nada, que sea sugerente», aclara. Lo principal para ellos es que los modelos se sientan cómodos en las sesiones, y para ello consensuan todas las decisiones acerca del vestuario –quienes quieren enseñar más y quienes menos- y las poses, «lo importante es que se lo pasen bien en el proceso».

En esta ocasión, el total de modelos que forman parte del anuario son 141, una cifra que no sólo cuenta con los vecinos de Pedrajas, sino que, desde el año pasado, cuando se unió ‘el pueblo invitado’, incorporó a los de Alcazarén y que, este año, ha ampliado sus fronteras hasta Aldeamayor de San Martín, cuyo equipo de Protección Civil se ha atrevido a abrirse las camisas y mostrar su lado más solidario. «Han sido ellos mismo quienes se han puesto en contacto con nosotros, y es bonito que los pueblos de alrededor se sumen a nuestra causa».

Si es difícil unir a los vecinos de una localidad, a los de varías es aún más complicado, por ello, lo que ha conseguido Fermín de Soria y su equipo, así como el corazón que ponen en un proyecto tan emotivo como divertido, ha hecho que la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos y Consumidores Conde Ansúrez les haya hecho entrega de este galardón por la iniciativa, un reconocimiento que el promotor agradece «encarecidamente», ya que según admite «nunca» han esperado nada a cambio de su trabajo y recibirlo les ha supuesto «un shock, pero un shock en positivo».

Intriga antes del destape

En cada edición, el calendario se presenta en el mes de noviembre en una gala que cuenta con diferentes actuaciones y discursos y que se celebra en el Auditorio del Centro Cultural de Pedrajas de San Esteban. Hasta ese momento ni siquiera los propios modelos saben cuáles son las fotografías elegidas, una situación que promueve la incertidumbre a lo largo de toda la ceremonia.

Pero la curiosidad no sólo aflora en los propios protagonistas de las páginas, ya que quienes no participan quieren saber cómo se ha posado y el tipo de fotos que se han hecho, razón por la que la organización anima a los modelos a que «jueguen al despiste» con estas personas y no desvelen nada.

El éxito del acto es tal que ya en esta fecha –este año 19 de noviembre- se venden alrededor de 1.500 anuarios y, a partir de este día, los puntos de venta –en Pedrajas, Íscar, Olmedo, Medina del Campo, Alcazarén, Valladolid e incluso Extremadura y Talavera de la Reina- se llenan de ejemplares que se pueden adquirir a un precio de seis euros.

En total, son 3.000 los calendarios que se realizan, aunque en función de la demanda siempre se puede ampliar el número de tirada. «El primer año preveíamos vender unos 200 y acabamos vendiendo 2.500. La acogida ha sido tan grande que hasta a nosotros nos sorprendió», revela De Soria, quien además señala que a través de los perfiles de redes sociales también se los piden. Dicha demanda ya consiguió en la última edición recaudar más de 22.000 euros, unos beneficios que se esperan igualar este año y, si es posible, «incluso superar».

Con el calendario 2023 terminado, el equipo de Fermín ya tiene la vista puesta en el mes de marzo, cuando el ciclo volverá a comenzar y los desnudos solidarios volverán a ponerse ante los flashes por una buena causa.