Kayak, una forma de sentir el río sobre sus aguas

Kayak, una forma de sentir el río sobre sus aguas

En Espacio ‘La Controba’ de Megeces se ha abierto ya la temporada para alquilar estas singulares canoas con las que salir a conocer el río Cega, pero también ponen a disposición de los aventureros una amplia oferta de actividades

Los ríos constituyen una parte fundamental del patrimonio de nuestros pueblos; caminos acuáticos que fluyen circundando las diferentes villas y que son un bien muy preciado por los habitantes de las mismas, que los consideran un elemento distintivo de la cultura local. Como muchos otros, Megeces es uno de esos municipios que lo pone en valor, así como lo que los pequeños ecosistemas que se forman a su alrededor suponen para la localidad, y es aquí donde, desde hace un año, un enamorado de este espacio alquila kayaks para surcar las aguas fluviales y que, mientras se navega sobre el Cega, los aventureros puedan abrir su mente y sentir el río de una forma diferente.

Julio César Criado es un apasionado de la naturaleza y de su conservación, y desde niño, cuando su padre adquirió el terreno de ‘La Controba’, veía este espacio como un lugar en el que disfrutar más que como una zona de trabajo, pues hasta ese momento sus paseos hasta allí eran para acompañar a su progenitor mientras este llevaba a las vacas a pastar. Por ello, al quedarse con esta extensión cercana al valle de Megeces, decidió montar su propio negocio con el que dar a conocer las maravillas que este lugar entrañaba.

Y entre las actividades que aquí desarrolla destaca el alquiler de kayaks, con los que acompaña a los grupos y familias que se atreven a aventurarse en el Cega, donde les muestra el encanto del lugar. «Me pasé la niñez haciendo cabañas y balsas con troncos para cruzar el río, y hace quince años cambié un arco por dos canoas para uso propio. Pero hace dos decidí montar el negocio y adquirir más porque considero que, si a mí me gusta y creo que tiene un valor, puede que haya más personas con el mismo pensamiento y sería egoísta no compartirlo con ellos».

Así pues, puso en marcha la empresa con la que viaja en dirección a Cogeces y, en el trayecto, cuenta a sus clientes cómo antaño, en esas aguas, desembocaba el arroyo del Henar, un pequeño cauce que era capaz de mover él solo a tres molinos, aceñas que hoy se han convertido en su mayoría en grandes casas pero que él les señala dónde se encontraban. Comenta que este periplo transporta a quienes lo circulan y a su imaginación hasta algún canal del río Amazonas ya que, desde el agua, la vista pone frente a los turistas una especie de selva castellana y deja en la parte superior, escondidos, la sequedad típica de los campos de nuestra tierra. «Donde hay agua hay vida, la naturaleza se desarrolla de manera exponencial y crea espacios preciosos en los que puedes abrir los pulmones y respirar, pero también la mente y dejarla volar».

Este viaje a través del río y los sentidos hace que quienes lo prueban «disfruten mucho», puesto que se trata de una pequeña aventura y «muy cerca de casa». «Según avanzamos vemos la flora y la fauna, pero también hay tramos en los que tenemos que bajar de la canoa para pasar por debajo o por encima de troncos», revela, y añade que «es un tramo sin peligro porque el nivel del agua está en los 60 o 70 centímetros, y cuando viene crecido no alquilo las barcas». Lo que Julio tiene claro es que se trata de una experiencia que despierta sensaciones en todos los visitantes, «que se dan cuenta de lo que se siente al ir desplazándote por el agua, y eso hace que se valoren más estos sitios, porque cuando se conoce y se disfruta, de alguna manera también se le da más valor».  

De este modo, Megeces no es el único destino en estos singulares viajes, sino que la presa de Íscar, dentro del parque de Cristo Rey en Puente Blanca, también es un punto que los kayaks de este apasionado de la naturaleza recorren. «Se trata de un paisaje abierto, con pinares en las márgenes y menos bucólico que el Cega, pero muy cómodo y más dedicado al baño».

Criado señala que en sus barcas es «muy difícil» volcar, ya que cuentan con las dimensiones apropiadas para albergar a dos personas que, «si no se inclinan a la vez», es complicado que se caigan. En lo que sí que hace hincapié es en que se trata de un paseo y no de una carrera, y que por ello hay que tomárselo con calma. «La filosofía de ir por el río es como la vida, hay que vivirla lentamente, disfrutando e intensificando cada momento para ver todo lo que está pasando alrededor», puntualiza.

De este modo, desde Semana Santa hasta mediados de junio, quien se quiera aventurar río arriba puede acercarse hasta Espacio ‘La Controba’, y a partir de esta fecha y hasta octubre pueden alquilar sus barcas casi a diario, ya que en este segundo periodo es cuando la temporada se encuentra a pleno rendimiento.

«El río es como la vida, hay que disfrutarlo intensamente»

Abanico variado

Pero el kayak no es la única actividad que desarrollan en este paraje. Y es que Julio también lleva con su hermano Alfonso la Cooperativa Crica, donde organiza excursiones para dar a conocer cómo es el funcionamiento de una granja ecológica y en la que también realizan talleres de queso con la leche de sus propias vacas.

Además, en Megeces también tiene caballos que viven en libertad y con los que lleva a cabo talleres muy especiales. «Estos animales tienen coherencia cardiaca, al igual que el resto de seres vivos, pero ellos más desarrollado, entonces no puedes engañarles. Así que muchas veces vienen familias con niños a los que les cuesta relacionarse y que al final de la jornada han conseguido ganarse su confianza y que el caballo les siga, y eso les ayuda después para las relaciones personales, porque si son capaces de que un animal tan grande les coja afecto también podrán hacerlo con las personas». Criado explica que además de pasear –sin llegar a montar- llevan a cabo juegos como el zapatito inglés en el que tienen que conseguir que el caballo les siga y pare cuando ellos lo digan.

Asimismo, realizan paseos botánicos de reconocimiento de plantas, talleres de fieltrado de lana en los que enseñan a hacer muñecos, bufandas, tapices…, y ofrecen a los aficionados al avistamiento de aves la cabaña desde la que se puede observar las dos charcas que se encuentran en la finca y a las que una gran variedad de pájaros se acercan a beber agua y jugar, algo que el empresario describe como «muy relajante». «La gente no tiene porqué venir y hacer alguna actividad, simplemente puede acercarse a disfrutar del paisaje y del entorno». Y a partir de este mes también va a organizar ‘Días de limpieza’ por la presa de Íscar en las canoas, con el objetivo de concienciar sobre la importancia de la conservación de la naturaleza, pues según admite «es sorprendente lo que llega a tirar la gente al río sin pensar en las consecuencias».

Por otro lado, Criado tiene en mente poner en marcha a lo largo de este año, «si es posible», talleres de construcción con barro y paja, con los que transmitir su pasión por este oficio y la metodología de antaño.

De cualquier manera, invita a los aventureros y a los que busquen paz a que se vayan hasta ‘La Controba’, pues se trata de un espacio «fuera de la dinámica diaria de diversión» que pone a los turistas en contacto con «su ser más intrínseco» y los hace disfrutar de la naturaleza y de la belleza de los parajes sin edificios, «dejando volar la mente y dando paso sólo a las sensaciones».