Cabalgando a través de la Tierra del Verdejo

Cabalgando a través de la Tierra del Verdejo

La Ruta Ecuestre que discurre por Medina, Rueda y La Seca ofrece a los viajeros la posibilidad de grabar en sus retinas las postales que los paisajes de viñedos y campos de la zona entrañan

A través de viñedos y campos de cereal. Bajo un sol de justicia o con la brisa otoñal. Y siempre al trote para no perder detalle de las maravillas que nos rodean. En estos días del año, en el que las vides viven su momento de mayor actividad, y el verde y naranja de sus vestidos sólo se ve interrumpido por el paso de los gigantes de hierro que las desgranan, la Ruta Ecuestre de la Ruta del Vino de Rueda se convierte en una actividad de ensueño para todos aquellos que amen la naturaleza y montar a caballo.

Ubicada en lo que podría denominarse como el triángulo de oro del vino, este itinerario ofrece, a través de un recorrido de cuarenta kilómetros que pasan por Medina del Campo, Rueda y La Seca, un sinfín de posibilidades si lo que buscas es pasar un día en contacto con la tierra, la cultura y el vino.

Se trata además de la primera Ruta Ecuestre homologada en Castilla y León por la Real Federación de Hípica Española Turismo Ecuestre y por la Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo de Castilla y León, ya que no solo se limita a los amantes de los caballos, sino que los senderistas y apasionados del ciclismo también pueden realizar este especial recorrido.

Punto de partida

Indistintamente de donde quieras dar el pistoletazo de salida, los tres municipios te ofrecen un amplio abanico de actividades con las que compaginar el deporte con el ocio, en un recorrido en el que la historia y la cultura del vino se funden para crear un ensamblaje perfecto.

Si tu punto de partida es la Villa de las Ferias, cuna de reyes y de la Corte Real, no puedes emprender tu camino sin antes visitar alguno de los edificios más emblemáticos de Medina, como el Castillo de la Mota, el Palacio Real Testamentario, la Torre y la Colegiata de San Antolín, el Convento de San José –segunda fundación de Santa Teresa de Jesús-, el Museo de las Ferias, las Reales Carnicerías, el centro San Vicente Ferrer –donde poder conocer el centro de interpretación Huellas de Pasión y los secretos de su Semana Santa-, así como el Palacio Balneario de Las Salinas.

Otra posibilidad podría ser comenzar en uno de los centros neurálgicos del vino blanco en nuestra Ruta. Y es que el municipio de Rueda es el que da nombre, no sólo a la Ruta del vino, sino también a la Denominación de Origen. Una localidad en la que el patrimonio y la cultura conforman un maridaje idóneo para el visitante, y donde no te puedes perder la Iglesia de Nuestra Sra. De La Asunción, la Ermita del Cristo de las Batallas, la Estación Enológica de Castilla y León, el Cortijo de los Expolios, la fábrica de chocolate Juan Ruiz, el Puente Zofraga y toda una amplia gama de bodegas y comercios especializados en vino.

Asimismo, para iniciar o para finalizar la ruta la Cuna del Verdejo se corona como el enclave con más extensión de viñedos de esta variedad de toda la región. Y es que La Seca conforma un mar de viñedos en el que sumergirse, así como una amplia variedad de posibilidades culturales que ofrecer al visitante. Como un recorrido histórico por la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción del siglo XVI y sus secretos más ocultos a través de las obras más significativas de Churriguera, Alejo de Bahía, Luis Gil y Ranz -discípulo de Goya-, y su majestuoso órgano barroco.

Pero lo más interesante de esta ruta no solo está en la singularidad de los municipios que la componen, ni en el patrimonio de sus calles, sino que este recorrido te ofrece también la posibilidad de parar en el camino y tomar una bocanada de aire puro mientras disfrutas de la salida o la puesta del sol, rodeado de un mar de viñedos, en donde poder disfrutar de una copa de vino y un maridaje de la tierra, mientras guardas en tu retina la maravillosa postal que te rodea.