Los Piratas del Asfalto abordan Pozaldez con sus buques de dos ruedas

Con un manillar por banda, viento en popa a toda mecha, no corta el mal sino rueda, una moto bergantín. Una ‘x’ en el mapa marca como destino Pozaldez, donde los bucaneros ya han puesto rumbo para disfrutar de la anual quedada motera ‘Piratas del Asfalto’, que este año celebra su XIII edición y que atraerá a navegantes de distintas partes del mundo los días 20 y 21 de mayo.

¡Arr, marineros! El viernes día 20 la música se fundirá con el rugido de los buques de dos ruedas que tomarán las calles de este municipio vallisoletano, que navegando las aguas pavimentadas llegarán con ganas de pasar un fin de semana lleno de risas, rutas y sorpresas, pero sobre todo de hermandad entre compañeros de la carretera. A partir de las 22.00 horas, un olorcillo a parrilla inundará el campamento de corsarios, momento en el que dará comienzo la pancetada que les dará la energía para una noche de baile «hasta que el cuerpo aguante».

Al grito de ¡al abordaje! los piratas encargados de la cocina darán el toque de diana a las 10.00 horas del sábado 21, avisando así a sus camaradas de que ha llegado el momento del desayuno, y una hora más tarde arriarán las cadenas de sus motos e iniciarán la ruta hacia Carpio, donde podrán degustar un aperitivo en el mesón Periles, tras lo cual se realizará una ofrenda floral por los amigos perdidos en las aguas de hormigón.

De regreso al campamento, los corsarios, ávidos de pitanza, disfrutarán de una comida popular en el campamento, para luego cantar a pleno pulmón mientras bailan con el grupo musical Rockañoll, y al término del concierto llegará el momento de las sorpresas con los sorteos y entrega de premios.

Como no todos los piratas son despiadados, los que se van a reunir en la villa de Pozaldez son partidarios de la solidaridad, y durante los dos días que durará su encuentro tendrán activa una operación kilo dirigida al banco de alimentos. Asimismo, en cada una de las inscripciones -de 10 euros- se incluye, además de la entrada a la zona de acampada, el desayuno, regalos, la ruta, la comida y la entrada a los sorteos, y un euro de todas ellas se destinará a los afectados por el volcán de La Palma.

Y así concluirá un encuentro en el que son sus motos su tesoro, es su dios su libertad, su ley la hermandad y el buen humor, y su única patria la mar de asfalto.