La Ilustración regresa a Pozaldez
La localidad despide el verano con la fiesta de ‘El Caño’, en la que se recuerda la construcción de la fuente más importante de la villa y lleva a los vecinos de vuelta al siglo XVIII
Terciopelos, sedas y brocados. Vestidos vaporosos e insinuantes. Abanicos, grandes pelucas, leotardos y, sobre todo, mucho maquillaje. El siglo XVIII o ‘Siglo de las luces’ se caracterizó por los excesos y extravagancias, pero también por la aparición de un movimiento intelectual llamado Ilustración que cambiaría el devenir de la historia con los avances que con ellos trajeron.
La influencia de esta revolución no sólo se quedó en las grandes ciudades, sino que pueblos como Pozaldez también las vivieron. La villa, que por aquel entonces era conocida por los problemas de agua que en ella se daban –hasta el punto de que un dicho popular sostenía que en Pozaldez no se bebía agua sino vino-, recibió la noticia en 1790 de que, por orden del rey Carlos IV, iban a construir en la localidad la primera canalización pública de agua corriente, a la que desde entonces se conocería con el nombre de ‘El Caño’. Dicho acontecimiento supuso un cambio muy importante para el municipio, ya que no solo solucionó los problemas de abastecimiento, sino que convirtió esta fuente en un núcleo de encuentro y vida social para el pueblo.
La construcción, realizada con sillares de piedra, y en la que se puede leer una inscripción que rememora su edificación, ha sido testigo desde entonces de la vida y evolución de la villa, por ello, desde 2013, pozaldejos y pozaldejas regresan el último sábado de agosto al siglo que marcó un antes y un después para ellos a través de la fiesta de ‘El Caño’. Así, ataviados con trajes de la época, los vecinos de la localidad, aún reposando sus fiestas de Los Novillos, recrean cómo era la vida en esos tiempos mediante diferentes actividades.
Desde el Ayuntamiento aseguran que no se trata de una fiesta Medieval, sino de una actividad que sirve para reforzar el tejido social de la localidad y una forma de que los vecinos participen en actividades comunes y se dé a conocer la historia y el pasado que los ha precedido. Además, este evento también tiene fines benéficos, puesto que todo lo que se recaude de las comidas y talleres se va a donar a la recuperación de la Sierra de la Culebra.
‘El Caño se viste de época’
El sábado 27 de agosto las campanas alzarán el vuelo en Pozaldez para dar la bienvenida a un nuevo día, pero esta vez no en 2022, sino en 1790. Con las calles decoradas y el núcleo de ‘El Caño’ como centro neurálgico de todos los acontecimientos, los vecinos se ataviarán con aperos, utensilios y vestiduras de época para pasar un día al más puro estilo del siglo XVIII.
La jornada la abrirá el Desfile del Cortejo, en el que todos aquellos que estén caracterizados recorrerán las calles del municipio. Encabezados por una corte de caballos y por los dos alcaldes y sus mujeres –ya que según documentación histórica, Pozaldez contaba en aquella época con dos alcaldes, uno por el estado noble y otro ordinario para el resto de ciudadanos-, la Ilustración y los representantes de los oficios de la época, así como la Santa Hermandad –que este año se suma a la comitiva-, desfilarán por la villa y culminarán el recorrido en el Caño, donde tendrán lugar el resto de actividades.
Durante todo el día los puestos y casetas de productos, además de los talleres de demostración de las labores y costumbres que había en aquella época, coparán toda la atención de quienes se acerquen hasta Pozaldez para conocer esta festividad. Entre los artesanos que mostrarán los oficios que se desempeñaban en la villa entonces está Julio ‘el cestero’, un vecino de la localidad que enseñará cómo se trabaja el mimbre y los usos que este artículo tenía, puesto que, aunque se empleaba principalmente para hacer cestas, también podía utilizarse para elaborar sillas o felpudos, entre otros.
Y como Julio, un sinfín de pozaldejos y voluntarios de otros municipios exhibirán y mostrarán productos y ocupaciones que hagan que podamos hacernos una idea de cómo se desarrollaba la vida en la villa en el siglo XVIII, incluida la gastronomía, ya que durante todo el día los bares ofrecerán tapas y pinchos especiales de la fiesta.
Pero lo que marca este día y por lo que se festeja es la edificación del Caño, y la jornada no puede acabar sin la representación, con el propio Caño como testigo, de la firma del contrato y compromiso de su construcción por parte del rey Carlos IV. Una adaptación basada en los escritos originales del archivo que cuentan cómo se mandó cimentar a partir de piedras extraídas en Berceruelo. Seguido de esta teatralización también actuará Maese Trovas, un personaje de ‘charlatán’ al que dará vida un joven de 14 años.
Además, la música no puede faltar en este evento, y las melodías de un grupo de música folk amenizarán el día hasta que, una vez finalizadas las actuaciones, demostraciones y degustaciones, la máquina del tiempo regresará de nuevo al presente para culminar el sábado con los ritmos más actuales de la mano de una discomovida.