«La coctelería me da la oportunidad de dar rienda suelta a mi creatividad»
Jorge Alonso, propietario del bar Arizona 66, en Medina del Campo, lleva ocho años dedicado al arte de la coctelería y al diseño de las fórmulas que componen sus combinados, una ocupación de la que aprende algo nuevo cada día y en la que espera seguir creciendo
Al compás de una lista de reproducción ecléctica en la que la vieja y la nueva escuela conforman una variada banda sonora, Jorge Alonso prepara y experimenta con sus combinados. El joven propietario del café y copas Arizona 66 de Medina explica que la hostelería llegó a su vida de casualidad, cuando un verano regentó un bar en Nava del Rey –su pueblo natal- «para sacar un dinerillo», lo que le hizo trasladarse a la Villa de las Ferias y abrir las puertas del Arizona, un establecimiento con el que asegura que ha crecido como hostelero. Tras formarse en distintos cursos, realizar rutas cocteleras, así como el nivel que hay en Medina en este ámbito, el mundo de los combinados lo ha enganchado tanto que ha sacado su lado más competitivo y le ha hecho presentarse a concursos locales como la Ruta del Cóctel 0,0 o el Llamatonic, dos certámenes en los que consiguió el primer puesto el año pasado.
¿Qué es para ti la coctelería?
A mí siempre me ha gustado el diseño, y a través de la coctelería tengo la oportunidad de crear y de dar rienda suelta a mi creatividad; y es bonito ver cómo los clientes disfrutan con las bebidas que creas y que tanto te cuesta dar con la mezcla perfecta. De hecho, todos los combinados del Arizona son de autor y es gratificante que se valore tu inventiva y tu trabajo.
¿Tienes referentes?
Me gusta cómo trabajan en coctelerías madrileñas como Bad Company 1920, que es una visita obligada cada vez que voy, y en el Salmón Gurú. Y en Valladolid admiro a Pedro Toribio de ‘La Villa Gin Bar’. Además de muchos otros de gran relevancia.
¿En qué te inspiras a la hora de crear un coctel nuevo?
Cuando me centro en crear cócteles siempre me gusta que tengan grandes historias detrás, incluso los nombres están relacionados con ellas, para que sean fáciles de recordar y además tengan algo que contarte. De esta manera el cliente no sólo disfruta del cóctel, sino también de lo que le dicen esos sabores. De hecho, todos los premios que hemos recibido en concursos de coctelería han sido inspirados en grandes historias, como “Willy Wonka”, de la película ‘Charly y la fábrica de chocolate’, “Lidia Aguilar” de ‘Las chicas del cable’, “Rocambolesc” que está basado en uno de los mejores postres del tres Estrellas Michelín Jordi Roca; el “Lady Di”, por la princesa Diana de Gales y nuestro cóctel por excelencia, “Ni puta ni santa”, inspirado en Cristina Ortiz ‘La Veneno’.
¿Recuerdas tu primer cóctel propio?
Sí, sí lo recuerdo. Fue el primer año que abrí el Arizona, que nos apuntamos al Llamatonic y a día de hoy cuando veo el vídeo promocional que en ese momento hizo la Asociación de Hostelerías de Medina del Campo no me gusta. (risas)
Desde entonces veo cómo he evolucionado y cómo he crecido profesionalmente en la elaboración y presentación de los combinados, ya que ahora sé lo que mezclo y por qué lo hago, que esta bebida va con esta otra y no con aquella, y puedo explicarles a los jurados por qué el cóctel lleva esos ingredientes y no otros diferentes.
¿Qué opinas del flair bartending o los espectáculos con vasos y botellas durante la preparación del cóctel?
Está claro que cuando vas a sitios que lo hacen te gusta verlo, porque es un añadido para disfrutar del cóctel. Los clientes van a este tipo de establecimientos para desconectar de la rutina viendo y probando cosas diferentes. Pero yo soy un coctelero tradicional, sin florituras.
¿Qué tendencias hay ahora mismo en el tema de cócteles?
En esta zona hay mucha tendencia a los dulces, quizá porque no hay esa cultura del cóctel. Pero en Medina, no sólo el Arizona, sino también otros establecimientos, estamos trabajando por educar esos paladares y hacer que los clientes disfruten de cosas nuevas.
¿Cada cuánto renuevas la carta?
No tengo unos tiempos ni me marco metas. Simplemente voy mezclando y cuando doy con la clave se lo ofrezco a los clientes para que lo prueben, y en caso de que les guste lo añado a la carta.
Después de tanto tiempo tendrás una larga lista de cocteles pero, ¿hay alguno que sea tu favorito por algún motivo especial?
Recuerdo con mucho cariño nuestro primer cóctel sin alcohol ganador, que fue el “Aladdin”, y la verdad que fue gratificante ver reconocido el trabajo invertido en él.
¿Crees que esos cócteles sin alcohol son el futuro de la coctelería?
Puede ser. Desde hace unos años está funcionando muy bien, e incluso hay personas que prefieren un cóctel 0,0 a una cerveza 0,0.
Quedaste primero en la última edición de la Ruta del Coctel 0,0, y en el Llamatonic ¿qué significaron para ti esos premios?
Fue muy especial, sobre todo el LLamatonic. Llevaba muchos años trabajando para conseguir el premio, y quedar primero me hizo mucha ilusión porque fue una forma de ver mi esfuerzo recompensado. Además, esta edición era especial porque el gin tonic estaba creado y pensado a raíz de una gran historia de España, como fue la de ‘la Veneno’, es decir, que quería reflejar esa gran historia en mi cóctel, de tal forma que lo hiciera igual de importante que el relato que tenía detrás. “Ni puta ni santa”, que así se llama, ha tenido mucha repercusión en el Arizona porque nos ha dado a conocer y ha venido mucha gente a probarlo. Estos concursos han hecho que el bar haya pasado de ser un bar de tardeo a uno de noche y de gin tonics.
Una de las pruebas era la de improvisación, ¿cómo te enfrentas a retos así?
Sí, se llama ‘Black box’. He de confesar que en esas pruebas me pongo muy nervioso, porque vas con la desventaja de que no sabes qué te va a tocar, ya que, o bien te dan los ingredientes unos minutos antes o tienes treinta segundos para cogerlos tú. Es un reto de verdadera improvisación. Pero en estos últimos años la experiencia y las tablas que he ido adquiriendo me han dado un poco de temple para desenvolverme mejor.
¿Este año también te vas a presentar? ¿Tienes alguna idea sobre el coctel que vas a preparar?
Sí me voy a presentar y alguna idea tengo, pero no voy a revelar nada. (risas)
Y a nivel nacional o internacional, ¿te gustaría participar en algún concurso de cócteles?
Alguna vez sí que me lo he planteado, pero son certámenes de mucho nivel y prefiero crecer y aprender un poco más antes de hacerlo. Hay tiempo para todo.