«La industria ha captado el aumento del coste de producción y eso se reflejará en el precio de los contratos»
Santiago Domínguez, original de Nueva Villa de las Torres, es el principal productor de patatas de España con más de 600 hectáreas de este tubérculo
Con la agricultura en la sangre, Santiago Domínguez eleva al máximo cada negocio en el que se embarca, transformándolo en una fuente de ingresos. Actualmente es el mayor productor de patatas del panorama nacional, pero comenzó como jornalero en el campo con una cuadrilla de trabajadores, donde estuvo unos años hasta que decidió emprender y alquilar varias fincas –incluso en otras comunidades autónomas-, pues la pequeña explotación con la que contaba su padre no era suficiente para ambos. Y fueron estas adquisiciones las que le sirvieron como trampolín para ir creciendo poco a poco y crear su propia red comercial, dando servicio a lo largo del año a sus clientes y rompiendo la estacionalidad de la patata en Castilla y León.
En la actualidad cuenta con 670 hectáreas de cultivo divididas entre Jerez, Toledo, Villamanrique del Tajo y, por supuesto, Castilla y León, y sostiene que lo más importante en el sector es la existencia de contratos y el respeto de los mismos, pues la subida en los costes de producción es notable y se debe buscar que todo el mundo tenga beneficio, una acción que la industria ya está contemplando en los acuerdos comerciales.
Con una explotación tan extensa ¿a cuánto asciende el total de tu producción y a cuántas personas da trabajo?
En este momento me encuentro entre los 30 y los 40 millones de kilos, ya que he ampliado la siembra un 25% al ser el primer año que trabajo en Jerez y Villamanrique del Tajo.
Al producir tanto se necesita mucha mano de obra, y aunque de normal en la empresa somos diez, en época de recolección alcanzamos los 250 trabajadores.
¿Cuál es la tendencia actual en la siembra de patatas? ¿Qué variedades predominan en tus cultivos?
En cuanto a las variedades abarco de toda clase, tanto para frito doméstico como industrial así como variedades para todo tipo de consumo, donde Colomba, Lucinda y Monalisa suelen ser las predominantes. Pero es cierto que se están imponiendo mucho las variedades de carne firme, ya que son más cómodas para el cliente final, pues se trata de patatas de calibres pequeños que con 7 u 8 minutos de cocción en microondas salen listas para comer. Vienen ya en bolsas preparadas, buscando así la comodidad del consumidor. La tendencia es ponérselo fácil con patatas que culinariamente son muy ricas y con muchas propiedades.
De estas últimas empecé sembrando sólo 4 hectáreas y ahora mismo tengo 70, porque la demanda es muy grande. Y por otro lado trabajo con variedades gourmet de colores, pero ahí el mercado es más pequeño.
«El respeto de los contratos es fundamental para garantizar la rentabilidad»
¿Cómo es el sistema de producción de la patata y en qué momento se encuentra ahora?
Como todo cultivo consiste en siembra, cuidado y recolección. En mi caso empecé sembrando en diciembre en Jerez, continuando en enero en Toledo y Villamanrique del Tajo, y finalizando a últimos de febrero en Castilla y León.
Ahora mismo la patata está naciendo y hay que esperar que no haya ninguna inclemencia meteorológica muy adversa. Por lo demás los agricultores ya nos encargamos de que no le falte ni agua ni ningún nutriente. Por último, la época de arranques también es diferente en cada zona. En Jerez se estiman por mayo, en Toledo y Villamanrique por junio y en Castilla y León desde julio hasta octubre.
¿Cuáles son las condiciones climáticas óptimas para el cultivo de la patata?
Que todo sea normal y haga frio y calor cuando toca. Las heladas tardías de abril y mayo pueden suponer un problema, así como las tormentas y las olas de calor también, así que lo ideal es que la temperatura sea la correspondiente a cada época del año, de lo contrario la patata se estresa, sufre y puede mermar su producción y calidad. Sembramos de las zonas con más calor a las más frías para que así los arranques tengan lugar en diferentes épocas, de tal manera que se empieza en el sur y se termina en el norte. Pero el clima está cambiando y los tiempos también. Por ejemplo, en Castilla y León antes se iniciaba la campaña de arranque a mediados de julio y ahora a últimos de junio ya comenzamos.
¿Es pronto para hacer una valoración de cómo se prevé la campaña?
Sí que es pronto. Las siembras se han reducido algo en general con respecto a la última campaña. Ahora es cuestión de que el clima deje actuar a la patata en su propio ciclo y se saque en su debido momento para que no se junten los arranques y tengamos una oferta escalonada, que es lo que más beneficia a toda cadena de suministro, y en especial al agricultor.
¿Cuáles son entonces las perspectivas en cuanto a precio?
Los costes de producción han subido entre un 30-40% para los agricultores por las energías, fitosanitarios, fertilizantes, abono, mano de obra… Pero lo que sí que estamos notando es que también ha aumentado el número de contratos de las industrias y de los comercializadores de patatas. Han captado ese incremento y han intentado que el agricultor lo note para que todo el mundo tenga un beneficio. Parece que van a ser acuerdos muy dignos para que tengamos unos rendimientos por hectárea adecuados a las inversiones que estamos haciendo, teniendo en cuenta todas las subidas.
Pero lo fundamental es que se respeten, que contemplen un margen de ganancia para todos los agentes que intervienen y que todos estemos contentos. Antes, cuando venían mal dadas porque había sobrecarga de patatas, se dejaban de cumplir y ese era uno de los principales problemas, así que esperemos que ahora sí se note ese cambio y se garantice el beneficio de todos.
¿Existe una mayor profesionalización en el sector que cuando tú empezaste?
Los agricultores de Castilla y León tienen mucha experiencia y se ha profesionalizado en todas las técnicas de cultivo como el riego, abonados, recolección… hoy por hoy no tenemos nada que envidiar a otros países. Hay muy buenos profesionales en general, pero sobre todo en patata, y eso es lo que garantiza la calidad y la cantidad.
La tecnificación también ayuda, porque se cuida mucho cada detalle. Se hacen análisis exhaustivos de la tierra para echar el abonado apropiado para criar durante todo el año esas patatas, que den esos rendimientos y que culinariamente sean homogéneas y tengan un sabor específico. El campo se está digitalizando tanto que ahora mismo si hay problemas con alguna patata se sabe de qué bolsa es, de qué explotación, a quién pertenece… es decir, toda la trazabilidad.
¿Cuáles son los principales problemas que presenta este tubérculo en el campo? ¿y en el mercado?
En el campo las consecuencias del cambio climático es lo más preocupante, porque nadie lo puede controlar. Por su parte, el mercado es muy estable. Hay que adaptarse a las nuevas tendencias culinarias a través de las nuevas variedades y a lo que demandan los consumidores.
¿Cómo afecta a los productores la entrada de patata de otros países como Francia?
Afecta y no afecta. Hay una época en la que es muy difícil tener patata nacional, casi imposible de hecho, y es entonces cuando no queda más remedio que traerla de fuera. El problema es que cuando ya están las españolas se siga consumiendo francesa, y aquí el consumidor tiene que concienciarse de que es mucho mejor nuestra patata nueva que la conservada de otros países.
Se está intentando cubrir esa demanda plantando patata de verdete en Andalucía, que es como una segunda cosecha que se puede sembrar en invierno en pocas cantidades, pero tiene muchísimos problemas a nivel meteorológico que afectan al cultivo. No obstante, año tras año se incrementa la superficie de plantación de esta variedad.
Lo que sí que hay que señalar es que hemos alcanzado tal nivel que llevamos ya dos años exportando a Francia y otros países de Europa, cuando antes lo único que hacíamos era importar.
«Nuestros profesionales no tienen nada que envidiar a los de otros países»
La patata se ha convertido en el cultivo rey en la Comunidad ¿cómo lo ha conseguido y cómo logra mantenerse?
Ha habido una gran apuesta por parte de empresas como Meléndez, que en vez de irse abogan por la tierra y por quedarse aquí. Castilla y León es muy fértil y nuestra tierra tiene las cualidades para sacar patatas de gran calidad y en gran cantidad, y eso se ve también en los márgenes de beneficio de los que nos dedicamos a este sector.
El 80% de tu producción se destina a Patatas Meléndez pero, ¿qué ocurre con ese otro 20%? ¿Cuál es el porcentaje de patata que se pierde por golpes?
Así es. El 80% va a Meléndez, porque es muy importante la cercanía y la apuesta de una empresa en la Comarca. El producto sale de la tierra y en media hora o una hora entra fresco a sus instalaciones y así también se ahorran muchos costes logísticos a la vez que garantizamos que la patata llega con la máxima calidad. El resto se dedica a industria, distribuidores y comercializadores de producto de otras ciudades.
En cuanto al descuento es de entre un 5% y un 10%, que es lo normal que se pierde por golpes o defectos, pero eso ya se contempla en los contratos.
Recientemente Meléndez ha inaugurado la nueva factoría e Ibersnaks también considera está acción, ¿cómo afecta al mercado patatero de la zona las ampliaciones de dichas empresas?
Yo trabajo con los dos, y aquí en la zona afecta de una manera muy positiva. Por la cercanía, por la apuesta que tienen ellos, por el trato directo con el agricultor, con el apoyo que le dan y con la conciencia de que tenemos que vivir y ganar dinero todos. Supone además muchos puestos de trabajo, tanto para ellos como para los propios agricultores, sobre todo en los momentos de campaña, y no sólo en el campo, sino que la inversión tecnológica también crea otro tipo de puestos.
¿Algún consejo o palabras de aliento para alguien que quiera dedicarse al campo?
Como los costes de producción son bastante elevados la gente se abstiene un poco de arriesgar y sembrar, pero yo animo a apostar por el cultivo que, en estos momentos y gracias a los contratos actuales, es rentable. El mejor consejo que puedo dar es que intenten vender bien su producto, que le den su valor y traten de hacer los acuerdos lo más directos posibles. Lo fundamental en este sector, además de la calidad, es la correcta comercialización de tu producto.