Las lagunas de Villafáfila, el lugar en el que se dan cita las aves acuáticas
Formado por las lagunas Salina Grande, Barillos y Salinas, este ecosistema natural alberga la mayor concentración de avutardas del mundo
¿Alguna vez has imaginado cómo sería perderse en el desierto? En la Comunidad no tenemos ese tipo de espacios, pero los campos de cereal que rodean las carreteras se asemejan bastante a los parajes en los que el dorado de la arena envuelven al viajero y el horizonte se pierda ante las interminables montañas arenosas o, en este caso, ante las espigas que se mecen al compás del viento. Pero si buscamos un parecido aún mayor con los desiertos ¿no nos falta algo?
Los oasis, esos pequeños espacios con agua y vegetación que aparecen en mitad de la nada y que son la salvación de muchos, no son muy habituales en territorios como los de Castilla y León, sin embargo, existe un complejo temporal y salino formado por las lagunas Salina Grande, Barillos y Salinas, situado en la provincia de Zamora, que constituye uno de los humedales más importantes del norte peninsular y que, al contrario que los oasis de los desiertos, se encuentra en plena Tierra de Campos.
Vegetación y fauna
Dominando el paisaje, la monotonía de la estepa cerealista sólo se rompe para albergar algún que otro ejemplar de pino piñoreno o alguna alameda y, en el centro de la reserva, las lagunas y prados salinos conforman uno de los sistemas con mayor riqueza botánica, ya que permiten la convivencia entre especies continentales y marinas.
Este ecosistema híbrido entre marino y terrestre hacen del espacio protegido de las lagunas de Villafáfila el hábitat ideal para las aves acuáticas –contando con un 50% de las aves de agua censadas en la Comunidad-, pero también para las terrestres, siendo el territorio dominado por el cultivo un imán para una de las más emblemáticas del municipio; la avutarda, de tal forma que en este paraje se encuentra más de un 10% del total de esta ave del mundo.
Otras especies como el cernícalo, el aguilucho lagunero, el azulón o el pato cuchara también pasan largas temporadas en este espacio natural y, como especies únicamente invernantes, se encuentra el ánsar común –con una media de 26.000 individuos en la última década-, así como la grulla, la espátula o la cerceta común y, por supuesto, una amplia fauna de invertebrados acuáticos.
Observatorios y entorno
A través de sus 32.682 hectáreas de superficie, comprendidas en once términos municipales, los aficionados a la observación de la flora y fauna podrán disfrutar del entorno y de las aves de la reserva gracias a los distintos observatorios ubicados en cada una de las lagunas.
Además, como primera parada en el viaje hacia el oasis, la Casa del Parque ofrece a los turistas un primer acercamiento para interpretar su patrimonio natural y cultural, así como una propuesta de rutas para llevar a cabo.
Del mismo modo, la provincia zamorana comprende una amplia gama de actividades culturales para realizar antes o después de ir a las lagunas, como la visita al Monasterio de Santa María de Moreruela –edificación del siglo XII de origen Cisterciense y restaurado en sus partes más importantes-, al Puente de Quintos –construcción sobre el río Esla y a 15 kilómetros de Villafáfila que ofrece unas vistas completamente diferentes a las de las lagunas-, o actividades gastronómicas como visitas y degustaciones de queso en alguna de sus queserías artesanas.